7 jul 2022

Opinión: Todo se equilibra al final

Defensa y Justicia, al igual que en otros mercados, eligió el desafío de aprovechar oportunidades, desarmar el equipo, y confiar en la línea de juego que tantos resultados le dio en los últimos años


Como es habitual en Defensa y Justicia, aunque algo disperso en el último tiempo por los esfuerzos económicos enfocados en lo deportivo, el equipo sufrió diversas bajas y la mitad del equipo debió rearmarse. Merentiel, Rotondi, Pizzini, Bou, Loaiza y Hachen, son algunos apellidos que hicieron historia en el equipo ahora dirigido por Sebastián Beccacece y que ya no respiran los aires varelenses.  "Lógicamente entiendo el humor porque yo también soy hincha de Defensa. A nadie le gusta desarmar el equipo, pero hemos hecho un esfuerzo gigante hace seis meses comprando jugadores e incrementado el presupuesto y teniendo un déficit, con el que quisimos competir y tener mayores aspiraciones en el primer semestre", explicaba hace días el presidente Diego Lemme haciendo referencia a las críticas por parte de la hinchada sobre las ventas de varios titulares.

Esas ventas, analizadas desde lo económico, han sido muy buenas porque le han dado aire al club en tiempos complicados, no sólo desde el ingreso por venta sino también por el alivio salarial que se habría generado para las finanzas de la institución. Ese 'aire' aumenta la capacidad de seguir desarrollando el proyecto de infraestructura, optimizando las inversiones en Bosques, en el Estadio y en La Capilla. Ahora bien, siendo analizadas desde lo deportivo, las decisiones ya no pueden ser medidas de la misma manera. Es ahí donde adquieren lugar y espacio las razonables críticas. Con una delantera de calidad que ya no está, y el desafío de Sebastián Beccacece, quien aseguró quedarse hasta octubre, de rearmar el estilo futbolístico lo más rápido posible.

A propósito del entrenador, él confesó al momento de anunciar su continuidad, que este mercado de pases tiene muchas similitudes con mercados anteriores. Mercados en los que se fueron jugadores claves, y en un contexto similar al de ahora, el equipo y el club encontró la resiliencia y los valores para reconvertirse y no extrañar a los ausentes. En 2017/18, se fueron Stefanelli, Bouzat, Rafa Delgado, Jonás Gutiérrez, entre otros pilares, que dejaron un gusto amargo entre la familia defensista. Pero ese gusto amargo poco a poco fue dejándose de lado ante el equipo que conformaron unos desconocidos que llegaron al club y formaron la base para que meses después el equipo pueda conseguir el primer subcampeonato en el Fútbol Argentino.


Tras el mencionado segundo lugar, que tuvo a Sebastián Beccacece al mando. Defensa sufrió una vez más un gran movimiento en su plantilla. Se fue Lisandro Martínez, Matías Rojas, Lolo Miranda,  Alex Barboza, Gastón Togni y Domingo Blanco, entre otros. Hasta Beccacece pasó a Independiente. "El nuevo técnico inició la pretemporada este lunes en el predio de Bosques y se encontró con que de los 34 futbolistas que disponía en el plantel, ya se le fueron 11", redactaba el diario Clarín tras la llegada de Mariano Soso al banco verdeamarillo a mediados de 2019. Seis meses después iba a ser Nicolás Fernández quien abandonase Florencio Varela. Y luego llegó otro caudal de bajas y altas, con el que Defensa y Justicia saltó a lo más alto del continente disputando la Copa Libertadores y ganando la Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana en la edición de Pandemia.

En conclusión, podemos encontrar muchísimas coincidencias y similitudes entre los distintos períodos de transferencias que tiene el Halcón año a año, desprendiéndose en mayor o menor grado de jugadores importantes e incorporando futbolistas quizás desconocidos pero con potencial de aportar al estilo de juego de la institución. Claro, dejar ir a futbolistas que hacen llenar de alegría a todas las tribunar duele. Pero si se va un Braian Romero, es probable que surja un Miguel Merentiel para colaborar con el proyecto de la institución. Ahí está la línea y los principios del club, encontrar un equilibrio entre la pasión y la razón. ¡Y vaya si lo ha encontrado!


Por último, dentro de esas numerosas andadas de futbolistas por la institución semestre a semestre, hay que reconocer un aspecto que no es para nada menor a la hora de entender por qué la institución elije desarmarse y confiarle el destino a su estilo, cualquiera sean los apellidos que lo representen: El buen trato. "Jamás me voy a despedir, esta es mi casa y lo será siempre. Qué orgullo haber pasado por acá. Gracias!", escribió Pizzini al momento de partir hacia nuevos desafíos. En tiempos en donde las presiones económicas y sociales a los futbolistas dentro del seno del club es moneda corrientes, Defensa se alza como antagonista y hace del conjunto un todo. La hinchada apoya, los jugadores juegan y crecen, y la dirigencia gestiona. Con un sólo objetivo: Agigantar el escudo.

Por Elías Cardozo Bernal